domingo, 8 de marzo de 2020

¿Cómo concebimos el trabajo?

En estos últimos días me he estado preguntando sistemáticamente acerca de la concepción que las personas tenemos del trabajo y, también, de cómo impacta esto aspectos como la permanencia en un empleo o no.

¿Qué es el trabajo? recuerdo que hace algunos años afirmaba con seguridad que el trabajo es, quizás, la oportunidad más evidente que tenemos las personas para crecer, para aprender, para progresar. Dada la realidad que las personas pasamos muchas horas cada semana en nuestros trabajos, éstos mismos deberían constituir el aprendizaje mismo, deberían proveer permanentemente oportunidades para que las personas puedan progresar, aportar, avanzar, retarse permanentemente pero también sentirse capaces, confiados, y bienvenidos.

Este planteamiento me llevó a decidir que quería trabajar en las organizaciones, que quería dedicarme al aprendizaje empresarial y entender de qué forma se podían fomentar más y mejores oportunidades de aprendizaje para las personas en sus puestos de trabajo.

Ahora bien, en los últimos tiempos, he empezado a reconocer una concepción diferente del trabajo. He escuchado a personas decir que el trabajo es una transferencia en la que cada persona "vende su tiempo" a una empresa para que ésta última pueda cumplir con su misión y con su visión. Esta postura transaccional, en la que una persona vende su tiempo (incluido aquí, por supuesto, un set de competencias, experiencias, habilidades, etc.), y una empresa decide comprar ese tiempo, pone de manifiesto una realidad muy común en los ciclos de empleabilidad: si otra empresa ofrece un mejor precio por el tiempo de una persona (es decir, un mejor salario), es prácticamente un hecho que la persona se cambiará de trabajo. 

Frente a esta realidad, también aparecen otras prácticas en las empresas en las que cada vez más se hace mención a que cada persona es responsable de su propio desarrollo, cuyo impacto podría verse reflejado en una relación meramente transaccional entre un trabajo o empleo y una persona. 

Estas dos son apenas mis impresiones acerca de posibles concepciones de las personas frente al empleo y frente al trabajo. ¿cuál es tu propia concepción? ¿qué impacto tiene esta en la motivación, en la productividad, en la permanencia? ¿qué ganas y qué dejas de ganar al tener este tipo de concepciones? 

Ojalá que podamos abrir un diálogo al rededor de este importante punto.

¡Gracias por leerme!

lunes, 13 de mayo de 2019

Lecciones de vida que nos ocurren a diario...

Tengo la necesidad hoy de compartir algo que me sucedió este fin de semana, y que me ha dejado una lección de vida sobre la cual quiero seguir reflexionando... 

Estaba en una calle de la ciudad de Bogotá, buscando un sitio en donde poder sacar una fotocopia. Estaba algo frustrado porque ya llevaba algunos minutos dando vueltas y vueltas, y no lograba encontrar ningún lugar para hacerlo. Mientras mi mente divagaba en cuál sería la mejor calle para ir a buscar, me topé con una señora, de quizás unos 60 o 70 años, que estaba vestida de sudadera. Ella me dijo que si podía ayudarle con algo de dinero, y abrió sus manos mostrando algunas monedas que había recogido en esa mañana. 

Mi respuesta fue un "No, lo siento. No tengo efectivo". La señora me agradeció y ambos nos dispusimos a seguir nuestro camino. Mi mente seguía más preocupada por la fotocopia que por cualquier otra cosa, cuando de repente, al dar los primeros pasos para alejarme de la señora, ella me dice: "joven, cuidado se cae que tiene los cordones de los zapatos sueltos".

Yo me detuve y le agradecí por haberme indicado, me amarré los zapatos y seguí mi camino. Momentos después reflexioné sobre aquella mujer que, por alguna razón estaba pidiendo dinero. Mi reflexión giró en torno a cómo ella se preocupó por mi bienestar y me advirtió que podía caerme, aún después de que yo me negué a prestarle ayuda

Ese pequeño suceso me hizo reflexionar en qué estoy haciendo yo por el bienestar mío y por el bienestar de los demás. Cuál está siendo mi contribución a la construcción de un mundo mejor y cómo, en el camino, muchas veces me enfoco más en un resultado (así sea una simple fotocopia), que en el bienestar de las personas que me rodean y me acompañan en esta aventura llamada vida. 

miércoles, 8 de mayo de 2019

La unión hace la Fuerza: Una invitación a descubrir la Psicología del Coaching


El día de ayer estaba compartiendo con algunos colegas coach mi percepción acerca del por qué el coaching sigue siendo considerado como una pseudociencia, a pesar de los múltiples avances y progresos que se están haciendo para mover al coaching hacia convertirse en una práctica basada en la evidencia.

Mucho se ha hablado de las diferencias entre coaching y psicología, específicamente psicoterapia. Pero pocos son los esfuerzos disponibles por apreciar qué une a estas dos prácticas profesionales, por entender cuáles son los procesos psicológicos que subyacen al proceso de coaching. En palabras más sencillas, qué cambia en la psicología de las personas que asisten a un proceso de coaching.

Como profesionales que hacemos prácticas de coaching, tenemos la responsabilidad de acercarnos a los procesos psicológicos básicos. Entender cómo nuestros procesos de coaching impactan el pensamiento, la emoción, la motivación y el comportamiento de las personas. Estamos llamados a profundizar en nuestro conocimiento acerca de lo que nos hace seres humanos integrales, y a no quedarnos en una aplicación instrumental de las herramientas que aprendemos en las certificaciones de coaching.

Este también es un llamado a construir desde las similitudes, a posicionar la práctica del coaching, no desde qué lo hace diferente, sino a partir de lo que lo une con otras prácticas y disciplinas. Quizás así podremos promover un posicionamiento del coaching como una estrategia basada en la evidencia, con reconocimiento y con medios definidos para evaluar sus resultados.

lunes, 28 de enero de 2019

Un diario de alegría.

Sí, a veces tenemos que tropezarnos con la vida para valorar lo que realmente nos hace felices. En estos días he re-descubierto que me hace feliz enseñar, que me hace feliz poder compartir con personas, sentirme querido, poder querer.

Ahora que escribo esto, pienso en un vídeo que me enviaron ayer. La escena es una chica haciendo esta pregunta: Si voy caminando con una taza de café, pasa alguien y me empuja y se riega el café... ¿qué hizo que se regara el café? la respuesta obvia es que "me empujaron", pero ella plantea que, por el contrario, el café se regó porque tenía café en la taza.

Un ejemplo que puede sonar tonto, pero que me ha hecho reflexionar acerca de qué tengo en mi vida para regar. ¿Qué pasaría si alguien se tropieza conmigo? o incluso, ¿qué pasaría si yo mismo tropiezo con alguien?, ¿qué sería lo que se riega? Hoy, en este momento, decido que es alegría, gratitud, satisfacción y tranquilidad. Eso es lo que tengo en mi taza.

Sin importar qué puede traerme la vida, hoy estoy agradecido más que nunca por lo que ha traído. Por haberme brindado muchas oportunidades para hacer lo que me hace feliz, por estar con quienes me hacen feliz.

Hoy me siento simplemente feliz. Quizás no tengo todo lo que quisiera, pero sé que lo que tengo ha sido con mucho esfuerzo y  sobretodo, que me lo he ganado con mi esfuerzo. Que quienes están a mi lado, están por convicción.

jueves, 17 de enero de 2019

¿Entrenamiento o Aprendizaje?

Sí, lo sé. Acepto que tengo años diciendo que, para mí, no es relevante la distinción que se hace entre Entrenamiento, Capacitación y Aprendizaje. De hecho, son conceptos que en mi criterio se utilizan indiscriminadamente en el mundo de las organizaciones laborales.

Más allá de buscar distinciones, el proceso de entrenamiento organizacional está en mora de inclinarse por generar verdaderos aprendizajes. Más allá de preocuparse por el proceso administrativo que bien está expuesto en los principios del Diseño Instruccional, es importante que los profesionales de la capacitación organizacional nos interesemos por entender, asumir e implementar cómo aprenden los adultos, cuáles son sus intereses, cómo regulan su aprendizaje, y qué hace que las experiencias a las que están expuestas sean realmente provechosas para el aprendizaje.

Es hora de integrar teorías de aprendizaje de adultos, es hora de escudriñar todo lo que se ha estudiado con relación al desarrollo de la experticia, con relación a las comunidades de aprendizaje y de práctica, con relación al aprendizaje experiencial, al modelamiento de competencias, al aprendizaje autodirigido y muchas cosas más.

El aprendizaje organizacional no puede ser sólo 70-20-10; es momento de llevarlo a otro nivel, a un nivel profesional real en el que las personas que hacemos parte de las organizaciones sintamos que de verdad, estamos aprendiendo y estamos creciendo. Es hora de innovar, de mirar hacia la academia (y, claro, que la academia mire también hacia las empresas) para generar e integrar prácticas basadas en la evidencia. Es hora de que velemos por tener organizaciones y personas que aprenden en nuestro país.


domingo, 13 de enero de 2019

2018 - 2019

Vaya que el año viejo me ha dejado con sentimientos algo revolcados... Por un lado, he de decir que 2018 fue un año lleno de aprendizajes tanto a nivel personal como a nivel profesional. He ido desarrollando progresivamente habilidades que pensaba que ya estaban listas, como la gestión emocional y la resiliencia. También fue un año que me retó intelectualmente, en el que me decidí a aprender cosas que pensaba que ya sabía. Fue un año de descubrimientos y, sobretodo, de reconocer que aún tengo mucho por aprender.

Dentro de las cosas que me dejó el 2018 fue haber sumado dos a mi lista de países conocidos: Suiza y Brasil. Fue un año de reencuentros con amigos, y de cosechar aquellas amistades que son más cercanas. Fue un año de retos laborales, que me fortalecieron profesionalmente.

Pero, por otro lado, también fue un año de sinsabores. Un año en el que algunas cosas no salieron como esperaba. En el que me "rechazaron" de diversas maneras. Y aunque ahora estoy viviendo las consecuencias de esos "rechazos", también se han convertido en la oportunidad de aplicar eso de "caer para levantarse más fuerte".

2019 plantea unos retos grandes, plantea oportunidades de seguir creciendo, de no desfallecer, de poner en práctica al máximo todo eso que he ido aprendiendo y estudiando. Este año inició con un ritmo acelerado, con presiones y demandas que tendré que balancear.

Cada día se convierte en una oportunidad, no sólo para aprender, sino para hacer y para valorar las cosas que se han hecho. Bienvenido 2019 con todas las cosas que traigan. Y como recientemente leí en el libro de Michelle Obama: uno controla lo que puede controlar. El techo lo pones tú.


miércoles, 12 de diciembre de 2018

Por más amaneceres así...



Esta mañana, mientras me dirigía al aeropuerto de la ciudad de Monterrey, en México, me encontré con este hermoso amanecer. En Colombia, tenemos por costumbre sobretodo ver los atardeceres. Por ejemplo, cuando estamos en la playa, usualmente nos quedamos hasta ver cómo el sol pareciera perderse en el mar, cómo lentamente se va limitando su figura redonda hasta perderse por completo.

Pero, me atrevo a decir, somos poco contemplativos de los amaneceres. En las mañanas tenemos más prisa para prepararnos y estar listos para iniciar nuestras labores, por salir de nuestras casas a tiempo para no llegar retrasados, o quizás por tener la posibilidad de tener cinco minutos más para dormir - o al menos, para mantener cerrados nuestros ojos.

Pocas veces nos damos la oportunidad de contemplar el amanecer, de deleitarnos con cada rayo de luz que nos regala el sol. Pocas veces nos damos el espacio para sentir plenamente cómo la oscuridad se transforma en luz cada mañana, dejando atrás el frío, dejando atrás el ayer.

Hoy, cuando vi los colores de este amanecer, me dí ese espacio. Me permití ser conciente de lo que significa el sol, de lo que me trae la luz del día, de las oportunidades que llegan con cada amanecer, de las cosas que se quedaron en el ayer, en el pasado. 

Hoy, cuando vi los colores del amanacer, pude dar gracias a la vida por permitirme respirar un día más, por darme la oportunidad de seguir trabajando en las cosas pendientes que quedaron ayer y por sentir que un amanecer representa nuevas posibilidades para el hoy.