lunes, 13 de mayo de 2019

Lecciones de vida que nos ocurren a diario...

Tengo la necesidad hoy de compartir algo que me sucedió este fin de semana, y que me ha dejado una lección de vida sobre la cual quiero seguir reflexionando... 

Estaba en una calle de la ciudad de Bogotá, buscando un sitio en donde poder sacar una fotocopia. Estaba algo frustrado porque ya llevaba algunos minutos dando vueltas y vueltas, y no lograba encontrar ningún lugar para hacerlo. Mientras mi mente divagaba en cuál sería la mejor calle para ir a buscar, me topé con una señora, de quizás unos 60 o 70 años, que estaba vestida de sudadera. Ella me dijo que si podía ayudarle con algo de dinero, y abrió sus manos mostrando algunas monedas que había recogido en esa mañana. 

Mi respuesta fue un "No, lo siento. No tengo efectivo". La señora me agradeció y ambos nos dispusimos a seguir nuestro camino. Mi mente seguía más preocupada por la fotocopia que por cualquier otra cosa, cuando de repente, al dar los primeros pasos para alejarme de la señora, ella me dice: "joven, cuidado se cae que tiene los cordones de los zapatos sueltos".

Yo me detuve y le agradecí por haberme indicado, me amarré los zapatos y seguí mi camino. Momentos después reflexioné sobre aquella mujer que, por alguna razón estaba pidiendo dinero. Mi reflexión giró en torno a cómo ella se preocupó por mi bienestar y me advirtió que podía caerme, aún después de que yo me negué a prestarle ayuda

Ese pequeño suceso me hizo reflexionar en qué estoy haciendo yo por el bienestar mío y por el bienestar de los demás. Cuál está siendo mi contribución a la construcción de un mundo mejor y cómo, en el camino, muchas veces me enfoco más en un resultado (así sea una simple fotocopia), que en el bienestar de las personas que me rodean y me acompañan en esta aventura llamada vida. 

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