domingo, 1 de octubre de 2017

Lo que aprendí de Churchill, la película…

Quienes me conocen sabrán que por muchos años evité ir al cine; no porque no me interesara, sino porque termino viviendo las películas en primera persona. Y Churchill, la reciente película acerca del que muchos consideran el británico más notable de la historia, no fue la excepción. Confieso que mi interés inicial por ir a ver la película no fue por Churchill mismo, sino por su relación con la segunda guerra mundial; sin embargo, también debo confesar que lo que más me gustó de esta película no fue su trama, sino la lección de liderazgo que me dejó y que me motivó a escribir esta entrada de blog.

Durante los últimos años he estado trabajando temas de liderazgo. Desde mi interés por el coaching, y desde las múltiples tendencias que reclaman una transformación del “jefe” hacia ser un “líder”, he escuchado reiteradamente que el rol del líder es inspirar, plantear un horizonte, orquestar su equipo de trabajo, trabajar coordinadamente con las personas que lo conforman, empoderarlos y lograr que la autogestión para el logro de los resultados. Pues bien, Churchill representa exactamente esto, representa cómo el líder debe alejarse de la operatividad del día a día, cómo debe tomar distancia entre él y su equipo para empoderarlo, cómo debe apartarse en ciertas ocasiones para permitir que otros brillen.


El deseo de Churchill de subirse a un barco de guerra y desplazarse hasta las costas de Francia para estar con su ejército fue la ocasión para que el Rey Jorge VI de Inglaterra abriera una conversación con él, y le recordara que su rol como líder no era estar en el campo de batalla, sino estar “entre bastidores” y buscar por todos los medios mantener la moral, no sólo de sus tropas, sino de la nación entera. ¿Cuántas veces como líderes nos hemos apresurado por estar en el Campo de Batalla, por acompañar a nuestros equipos, y hemos descuidado la que realmente es nuestra misión? ¿Qué reto nos plantea separarnos de la operatividad del día a día, mantener distancia del minuto a minuto, y preocuparnos por cumplir nuestra misión como líderes? Y más aún, ¿Qué tanta claridad tenemos de nuestra verdadera misión como líderes?

Si viste la película y encontraste otro mensaje, no dudes en compartirlo. Si aún no la has visto, búscala y te invito a que mientras la ves, te cuestiones acerca de cómo el liderazgo de Churchill se ve representado en tu vida actual.

¡Hasta la próxima!

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