“Si veo algo injusto y no hago nada, estoy de cierta manera contribuyendo a que esa situación se mantenga” (Chaux, 2012, p. 139)

Esta es una de las frases que más me impactó del libro Educación, convivencia y agresión escolar, escrito por Enrique Chaux y publicado por Taurus. Muchas quejas e inconformidades escuchamos – e incluso hacemos- respecto a la calidad y a la realidad de la educación en nuestro país. Sin embargo, ¿qué hemos hecho para cambiar esta situación? Esta entrada de blog la quiero dedicar a los aprendizajes que obtuve de la lectura de este libro, haciendo expresa la invitación para todos a que lo lean y saquen sus propias conclusiones.

En la exploración que hace Chaux en su libro acerca de la agresión, la violencia y la intimidación, reflexiona y presenta evidencias acerca del rol que tienen ocho competencias en la prevención, e incluso en la solución de este tipo de situaciones. Las ocho competencias son (1) el manejo de la ira, (2) la empatía, (3) la toma de perspectiva, (4) la generación creativa de opciones, (5) la consideración de consecuencias, (6) el pensamiento crítico, (7) la escucha activa y (8) la asertividad. Todas ellas se pueden categorizar en cuatro grupos de competencias: las emocionales, las cognitivas, las comunicativas y las integradoras. 

Se preguntarán por qué decidí presentar este libro en el Blog de Coaching Educativo. Bien, la respuesta es que parte de las competencias que identifica Chaux en su libro, son precisamente las competencias que buscamos desarrollar en los múltiples programas de formación en Coaching Educativo y Comunicación. Entonces, veo plena alineación y coherencia entre el trabajo de Chaux y lo que estamos haciendo con los profesores que se han formado en las cuatro promociones que tenemos de nuestro taller; también es evidente que una de las aplicaciones de los aprendizajes que se desarrollan en este taller ocurre en el contexto de la prevención y la solución de situaciones de agresión e intimidación y  que también hemos identificado en el análisis posterior que hemos hecho con los docentes que han cursado el programa.

No me queda más que invitarlos a que adquieran y devoren este libro, y que comenten acerca de la utilidad y alineación que puedan encontrar con Coaching Educativo.

¡Hasta la próxima!